Benalmádena es un pueblo andaluz asentado a orillas del Mediterráneo ,en pleno corazón de la Costa del Sol. Durante siglos llevó una vida tranquila y sosegada, como tantos pueblos en los que apenas pasa el tiempo, y parece como si la existencia se hubiera remansado.
Pero desde hace cincuenta años, cuando la gente comenzó a interesarse por esta costa, Benalmádena entró en una vorágine histórica que ha modificado su paisaje, cambiado sus costumbres y transformado sus formas de vida. Lo que eran quehaceres agrícolas y ganaderos se cambiaron en actividades turísticas; lo que era un pequeño pueblo en la ladera de la montaña y unas pocas casas en medio del campo, pronto se convirtió en tres importantes núcleos urbanos; en fin, los escasos mil habitantes de entonces, todos oriundos de aquí, hoy llegan a treinta, cuarenta, cincuenta o sesenta mil, según la época del año. Estas gentes han venido de todas partes, pero, a pesar de su diversidad lingüística y cultural, la vida del pueblo transcurre armoniosa y tranquila.
Benalmádena está bien comunicada por tren de cercanías y autovía con Málaga (20 Km.) y con el resto de la Costa del Sol; el aeropuerto se encuentra a diez minutos. El municipio presenta una variada oferta de ocio: entre otras, museo precolombino, parque de atracciones, puerto deportivo, acuario marino, escuela de cetrería y amplios espacios verdes.
Benalmádena-Pueblo es el núcleo primitivo: enclavado en la ladera de la montaña, a tres kilómetros del mar, apenas ha variado su fisonomía y todavía conserva los rasgos propios de los pueblos andaluces. Benalmádena-Costa ofrece un paisaje completamente distinto, lleno de instalaciones hoteleras y de espacios dedicados al ocio; se ha convertido en el verdadero motor de la economía del municipio. Entre la Costa y el Pueblo se levanta Arroyo de la Miel, importante núcleo comercial y de servicios que, a pesar de ello, no ha perdido la tranquilidad propia de las pequeñas poblaciones.